Saber decir no cuando no se está disponible, adecuar el nuevo espacio de trabajo, establecer límites y priorizar el autocuidado más allá de esperar las recomendaciones de las empresas, sería el camino para evitar problemas de salud mientras se trabaja en casa.

BOGOTÁ D. C., 11 de mayo de 2021 — Agencia de Noticias UN

Para el terapeuta ocupacional Farid Patiño, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), especialista en Gestión de la Seguridad y Salud en el trabajo, antes de la pandemia era común criticar que no quedaba tiempo para compartir en familia por dificultades de la rutina como el trancón o los horarios. Sin embargo, ahora que se está en casa todo el día, con los miembros del hogar, hay que preguntarse hasta qué punto se está compartiendo y generando tiempo de calidad en ese espacio que antes no tenía nada que ver con lo laboral.


“No estamos organizando los roles ni las rutinas, estamos siendo muy flexibles con otras cosas; uno de los parámetros que más ha afectado lo familiar desde el rol laboral es que como ven que estamos en casa todo el tiempo eso se traduce en tener un letrero que dice disponible’”, explica el terapeuta Patiño.
Por eso se deben establecer acuerdos, como horarios en los que la persona no está disponible, para evitar que la rutina laboral termine afectando este espacio, y además el familiar.


Cabe recordar que el trabajo en casa, o trabajo remoto, no es teletrabajo, pues este tiene otros parámetros legales con condiciones diferentes en el contrato. En ese caso las empresas no están obligadas a hacer adecuaciones en las viviendas, porque no es legalmente un teletrabajador.
Por ello es clave la responsabilidad del empleado a la hora de reconocer hábitos poco saludables, como trabajar en el sofá, en la cama o con el portátil sobre las piernas, sin tener en cuenta las recomendaciones de ergonomía.


Un concepto prioritario son los “entornos saludables”, que en lo laboral quieren decir tener un ambiente donde los trabajadores y los jefes colaboran en la mejora y protección de la salud, la seguridad, el bienestar y la sustentabilidad del ambiente de trabajo, lo cual se logra con indicadores de salud y bienestar relacionados con el ambiente físico, y el medio psicosocial y cultural.


Un mal espacio, sin roles, sin límites, con un ambiente psicosocial disminuido, se ha traducido en un aumento de cifras de violencia intrafamiliar. Y aunque la norma general es el trabajo en casa, no se pueden perder de vista los espacios para la persona como individuo, las actividades que lo sacan de la rutina y lo alejan de la práctica de que al abrir los ojos ya tiene el computador prendido para responder por lo laboral.


Otro punto que trató el terapeuta –durante una charla con la Facultad de Medicina de la UNAL– es que antes de la pandemia se trabajaba en herramientas sociales de cosas sencillas como la tolerancia cuando la persona del servicio público no tenía cambio, o si lo empujaban en el bus; ahora los problemas son otros.
La recomendación es fortalecer programas de estilos de vida saludable, actividad física, evitar el sedentarismo, promover el bienestar y preocuparse por la higiene emocional con un experto.


“Piense que si le duele la rodilla no va a dejar de ir al médico, pero si la persona no se siente bien en lo emocional tampoco debería dejarlo pasar, se deben fortalecer los roles, rutinas, la inteligencia emocional, establecer límites, saber decir “no puedo colaborar” o “no estoy disponible”, mantener una alimentación saludable, higiene visual con pausas, entornos de trabajo correctos, y sobre todo el autocuidado.


(Por: fin/AMV/MLA/LOF)N.° 933  https://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/article/autocuidado-rutina-saludable-cuando-se-trabaja-en-casa.html 

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